La nueva Constitución establece por primera vez un Estado social de derecho. Es
decir, viene a superar el carácter mínimo y subsidiario del Estado chileno que plantea la
Constitución de 1980 y establece un Estado que tendrá la responsabilidad de participar en el
desarrollo sostenible del país.
La nueva Constitución reconoce derechos sociales fundamentales que no existían en la
Constitución de 1980. Por ejemplo, vivienda, salud, educación, trabajo decente, el
reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidados, el derecho al agua o a un mínimo vital de
energía asequible, tan importantes en estos tiempos.
La nueva Constitución reconoce derechos individuales cruciales. Como la libertad
de expresión, la libre elección de un trabajo, al libre desarrollo de la personalidad, de
asociación y reunión, el derecho a una muerte digna, a la privacidad, a la libre circulación,
acceder y difundir información pública, libertad de emprender, de cuidados, de propiedad, entre
otros.
La nueva Constitución reconoce la diversidad de Chile y de su pueblo, garantizando
derechos a nuevos titulares invisibilizados u olvidados por la Constitución de 1980.
Tales como, los niños, niñas y adolescentes, las personas mayores, personas con
discapacidad, las mujeres, diversidades y disidencias sexuales y de género, pueblos indígenas, a
trabajadores y trabajadoras, profesores, profesoras y asistentes de la educación.
La nueva Constitución establece una nueva relación con la naturaleza y el medio
ambiente, pues se hace cargo del cambio climático, establece deberes del Estado en
la protección del medio ambiente y consagra la responsabilidad y la solidaridad entre las
generaciones actuales y las futuras.
La nueva Constitución establece una nueva relación de las regiones con la
capital, aportando a la descentralización del país.
La nueva Constitución se refleja en ti, en mí, en todos y todas. Representa la
diversidad de la sociedad chilena, pues contribuye a la plena igualdad de género, disidencias y
diversidades sociales.
La nueva Constitución construirá un país más justo, más igualitario y con mayor
cultura.
La nueva Constitución es paritaria y democrática. Además, establece condiciones
democráticas para sus futuras reformas.